Esta semana se me acercó una persona y me preguntó si era el doctor Amaya que escribe en EL NORTE. Le contesté: «Efectivamente, ¿en qué le puedo servir?».
Me comentó que si podía escribir un artículo sobre una gran preocupación que él tenía: «Doctor, ¿por qué existe un gran consumo de cigarros y alcohol? Muchos de mis amigos mayores de 50 años se refugian en el alcohol porque los dejaron sus esposas. ¿Qué hace el alcohol y el cigarro para que lo consuman en grandes cantidades?».
Comprendo que estas sustancias han existido por más de 100 años entre nosotros. Sin embargo, el siglo 21 se ha caracterizado por un aumento de conflictos interpersonales y una mayor fragilidad emocional para enfrentarlos con carácter, autorregulación y canalización saludable de sus problemas emocionales.
El alcohol y la nicotina se usan a menudo como una forma de automedicación para aquellos que experimentan síntomas tristeza y depresión. Es una forma de llenar vacíos y sanar heridas emocionales, sin embargo, aunque el alcohol puede proporcionar un alivio temporal de los síntomas, no es un tratamiento eficaz para problemas emocionales y en realidad puede empeorar la condición a largo plazo. El consumo prolongado de alcohol puede producir adicción y dependencia, y también puede causar cambios en el cerebro que empeoran los síntomas de la depresión.
La nicotina, el principal químico adictivo que se encuentra en los cigarrillos y otros productos de tabaco, puede tener efectos positivos y negativos en las emociones. La nicotina puede aumentar los sentimientos de placer y felicidad al estimular la liberación de neurotransmisores como la dopamina en el cerebro, pero este efecto es de corta duración y puede conducir a sentimientos de irritabilidad, ansiedad y depresión cuando los niveles de nicotina en el cuerpo disminuyen.
También se sabe que la nicotina es un factor de riesgo para trastornos de salud mental como la depresión, la ansiedad y la esquizofrenia. El uso a largo plazo de la nicotina también puede conducir a la adicción y la dependencia, lo que puede dificultar dejar de fumar y contribuir a las emociones negativas.
Definitivamente ni el alcohol y ni la nicotina son los mejores caminos para encontrar paz y reducir los problemas emocionales, sino todo lo contrario, los empeora. ¿Por qué los eligen para regular sus sentimientos negativos? El alcohol y la nicotina pueden tener un efecto sedante y reducir temporalmente los sentimientos de tensión y ansiedad. Además, estimulan la liberación de endorfinas, lo que puede crear una sensación de euforia y bienestar.
En este sentido, está disponible y socialmente aceptado especialmente el uso del cigarrillo electrónico: se consume fácilmente en entornos sociales y puede ser una forma de relajarse y descansar con amigos y familiares.
Estas sustancias tienen la propiedad de liberar neurotransmisores como la norepinefrina en el cerebro y crean sensaciones de placer y bienestar. Pueden tener un efecto calmante y reducir el estrés y la tensión. En otras palabras, es una pequeña aspirina para aliviar el dolor que lo causa una gran enfermedad. Disminuye y hasta se puede olvidar, momentáneamente, pero la enfermedad ahí sigue y empeorará con el tiempo produciendo el tabaco cáncer de pulmón y otras enfermedades graves.
Es importante buscar otros caminos más saludables para canalizar la tristeza, ansiedad y depresión como practicar un deporte, leer un buen libro, meditar o socializar con buenos amigos sin que existan alcohol o cigarrillos en la reunión. Sobre todo, y esto es muy importante, sugiero buscar ayuda profesional para la salud mental.