Tener una buena noche de sueño es sumamente importante para nuestra salud física y emocional y felicidad.
Hace unos días leí un libro del Dr. Matthew Walker, director del Centro de Ciencias Humanas del Sueño y profesor de Neurociencia y Psicología de la Universidad de California en Berkeley, Why We Sleep: Unlocking the Power of Sleep and Dreams (Por qué dormimos: Liberar el poder del dormir y los sueños).
El Dr. Walker es un experto en sueño y busca concientizar de la importancia de la cantidad y calidad del descanso nocturno. Dormimos entre 7 y 9 horas por la noche y los que no tienen este promedio tienen un alto riesgo de sufrir depresión y ansiedad.
El déficit de sueño incrementa conductas irritables, impulsividad y afecta la calidad de las relaciones sociales dentro y fuera de la familia.
Dormir poco debilita el sistema inmunológico incrementando el riesgo de sufrir asma, resfriados, gripa y enfermedades cardiovasculares.
En un estudio, el Dr. Walker afirma que las mujeres que duermen un promedio de 5 horas por noche tienen un 40 por ciento más de probabilidad de sufrir un paro cardiaco a diferencia de quienes duermen 7 horas.
Además, quienes no duermen sus horas requeridas tienen predisposición a aumentar su peso. A quienes duermen poco, el cerebro manda una señal exigiendo mayor cantidad de insulina ya que necesitan más energía. También disminuyen los niveles de testosterona y es una de las causantes más importantes de la disfunción sexual en mujeres y hombres.
La carencia de sueño produce fatiga y cansancio en cuerpo y mente. En esta época de exámenes finales en la universidad, muchos estudiantes piensan que al dormir poco tendrán mejor desempeño académico y pueden estudiar más. Creen que no dormir les permitirá trabajar más y terminar sus obligaciones escolares. Sin embargo, la productividad, eficiencia, creatividad y memoria aumentan en forma significativa cuando dormimos lo suficiente.
Otro factor importante es que la falta de sueño es una de las causas más importantes de accidentes automovilísticos entre adolescentes y jóvenes. En Estados Unidos manejar somnoliento es responsable de más de 6 mil muertes al año.
El sueño tiene una relación directa con nuestro bienestar psicológico.
La falta de sueño provoca estrés, depresión y muchos trastornos emocionales de nuestra época.
Si alguien tiene problemas para dormir se recomienda al día siguiente tomar una pequeña siesta. Es mejor algo que nada. Quince minutos es suficiente para recargarnos de energía y transformar positivamente nuestro estado emocional.
«Sin sueño no hay sueños» significa que el tener malos hábitos para dormir afectará toda nuestra persona impidiendo alcanzar nuestros ideales y metas.
Papás, tomemos en serio el sueño de nuestros hijos. No permitamos que haya tecnología en sus recámaras, implementemos horario y reglas para dormir y motivemos la actividad física. Tener un buen sueño ayudará a lograr nuestros sueños.