¿Por qué esperar?

Es una pregunta que implica gran presión, especialmente para los padres de familia. En los últimos 10 años se ha detonado una gran cantidad de problemas emocionales, cognitivos, volitivos, sociales y académicos entre niños y adolescentes como la ansiedad, depresión, soledad, baja autoestima, poca persistencia y pobre desempeño escolar, entre otros.

Podemos decir que sus causas son multifactoriales y que no existe un solo motivo. Sin embargo, existen estudios como los de Jean Twenge, Michel Desmurget y Jonathan Haidt que nos comunican los riesgos del uso temprano de la tecnología entre nuestros hijos, especialmente el celular.

El internet, celular y redes sociales invaden totalmente nuestras vidas las 24 horas al día y alteran nuestro cerebro con una gran sobreestimulación provocando un desequilibrio en nuestras actividades. En el último libro de Jonathan Haidt nos hace poner atención sobre los peligros del uso del celular y tecnología en edades muy tempranas y nos da las siguientes recomendaciones: atrasar el uso del smartphone hasta los 14 años; redes sociales hasta los 16 años; invitar a las escuelas a ser «Phone Free» (no celular), e impulsar el juego independiente

Un grupo de cuatro mamás preocupadas por el uso muy temprano de los celulares dieron origen al «Movimiento No Es Momento» en noviembre del 2023. Su finalidad es concientizar a las familias del alto riesgo de darles tecnología de manera temprana a los hijos. Actualmente son 11 colegios afiliados a este movimiento que están comprometidos en educar y crear conciencia entre sus alumnos y padres de familia sobre el uso saludable de los teléfonos inteligentes y redes sociales.

El movimiento «Movimiento No es Momento» nos hace una invitación a la comunidad a asistir a la conferencia «Creando conciencia del uso del smartphone» que se llevará a cabo mañana 3 de junio en el Auditorio American School Foundation of Monterrey (ASFM), a las 20:30 horas, con duración de 60 minutos.

El propósito de este evento es identificar las consecuencia emocionales, cognitivas, sociales y físicas que provoca la temprana y mala exposición de pantalla en nuestros niños y adolescentes. Se analizará científica y neurológicamente los efectos del uso excesivo de la tecnología y se presentarán intervenciones en los diferentes ámbitos sociales para su empleo adecuado.

Papás: debemos ser conscientes de la importancia e impacto de exponer a nuestros hijos a la tecnología. Sus repercusiones en su personalidad y conducta pueden ser fatales creando una gran inestabilidad en su salud mental. Es nuestra responsabilidad estar bien informados con bases científicas de su impacto y tener el valor de tomar buenas decisiones.

La tecnología no es buena o mala en sí misma. Tiene grandes bondades cuando se usa adecuadamente, pero puede ser el peor enemigo de nuestros hijos cuando no la regulamos. Por último, debemos saber que no estamos solos: existe el «Movimiento No es Momento» que impulsará en toda la comunidad la importancia de esperar en el uso de la tecnología.

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