¿Alguna vez nos hemos sentido desconectados de los demás? ¿Quién de nosotros pasamos solos en nuestra casa? Probablemente pensemos que somos los únicos. Sin embargo, todos lo hemos experimentado aun los que piensan que tienen todo. Una mamá me comentaba que sufría de soledad desde que su marido y su madre fallecieron y sus hijos decidieron vivir en otra ciudad: “Me siento sola y quiero morir.” Considero que existe un estigma social y muchas personas se avergüenzan de que los vean solos:¿Cuántos de nosotros decidimos no ir al cine solos? O ¿Preferimos mejor no ir a una fiesta si no tenemos pareja o no van otros amigos solos?” En un estudio realizado en 2019 por la revista International Psychogeriatrics encontró que los 3 períodos de mayor soledad son finales de los 20’s, a mediados de los 50’s y después de los 80’s años. La soledad se convierte en un problema cuando hay una discrepancia entre lo que esperamos en las relaciones sociales y lo que queremos. Hay personas que prefieren vivir ciertos momentos de su vida sin compañía ya que prefieren un ambiente de soledad porque encuentran paz y la esencia de su ser. Sin embargo, la soledad va en aumento como un malestar. A nivel mundial de cada 3 adultos 1 de ellos mayor de 45 años se sientes solos. En otro estudio publicado en el 2017 indican que de cada 8 personas hay 2 que no tienen amigos. Es una epidemia silenciosa que es causante de problemas de depresión, adicciones, ansiedad y suicidio. Aún más, la soledad es un factor de riesgo del Alzheimer. Además, la soledad es asociada a un daño físico parecido a fumar 15 cigarrillos al día según la experta americana en Psicología Social Jullianne Holt-Lunstad.
Los seres humanos somos animales sociales y la soledad puede ir en contra de nuestra naturaleza y puede deteriorar nuestras dimensiones cognitivas, emocionales y físicas. Este aumento de sentimiento de soledad tiene su origen en el uso de los medios sociales electrónicos, especialmente cuando fue creado el iPhone o Smarthphone(teléfono inteligente), en el año 2007. Las redes sociales y textear ha sustituido las conexiones cara-cara. El uso del Facebook, Instagram, Twitter, Tik Tok y Snapchat se relaciona a un mayor riesgo de depresión y soledad, especialmente en chicas adolescentes.
La soledad y la depresión siempre van de la mano. Cuando un adolescente ha roto todos los lazos sociales con sus amigos y compañeros, surge un sentimiento de abandono y vacío emocional ya que lo más importante es pertenecer y ser aceptados por sus amigos y compañeros. El aislamiento también produce ansiedad social y una predisposición a adquirir alguna adicción. Aunque parezca increíble, hay grandes sentimientos de soledad en la familia. Hay un número importante de mujeres casadas y con hijos que se la pasan toda la noche en los casinos para poder llenar sus grandes vacíos emocionales y sociales que no pueden obtener en su propia familia. El sentimiento de soledad es una actitud hacia la vida. Conozco personas que tienen facilidad de palabra, extrovertidos y una gran cantidad de amigos y se sienten solos. En cambio, otros con pocos amigos y vida social viven con plenitud y sin necesidad de estar acompañados todo el tiempo. Enseñemos a nuestros hijos a no crear dependencia las 24 horas al día a la “pertenecer” a alguien o un grupo. Es bueno desconectarse de su grupo social en ciertos momentos del día y conectarse con su familia en el carro, en la comida, al ver televisión o cuando se visita a los abuelos.
Fomentemos el contacto físico y ocular. No existe, ni existirá, ninguna tecnología que sustituya la interacción de la familia en tiempo real.
Periódico Vanguardia