El Dr. Daniel Amen, neuropsiquiatra americano y experto en estudios cerebrales y su impacto en adicciones, publicará su libro más reciente titulado The End of Mental Illness (El fin de la enfermedad mental) el próximo mes de marzo del presente año. El Dr. Amen es considerado uno de los pioneros más importantes usando las imágenes cerebrales (SPECT) y relacionándolas con los diferentes estados mentales y sus patologías. En su libro menciona datos de salud mental que son alarmantes en este siglo XXI:
¡Esto es inaceptable! Cómo es posible que en la tercera década del siglo XXI tenemos una generación de niños y adolescentes más frágiles y vulnerables cuando la educación y psicología nos orientan para tener una mayor salud mental y un aprendizaje más significativo. Pareciera que vivimos un retroceso en el bienestar emocional y educativo. Adolescentes acostumbrados al mínimo esfuerzo en la escuela y adictos a satisfacer en forma inmediata sus deseos y caprichos. Niños perdidos en un mundo lleno de información y dispersos con ausencia de guía y autoridad de padres y maestros. La modernidad en vez de civilizar y hacer más humanas a las personas, las dejamos a merced de su biología e instintos en defensa del respeto a su integridad y libertad. La semana pasada fui invitado como ponente en un congreso internacional de educación en Pachuca y me llamó la atención la participación de varios maestros cuestionando el valor de la educación: “Pienso que la escuela atrofia a la persona ya que no permite la expresión natural de los niños.” “Considero que los maestros no deben disciplinar porque limitan a los alumnos a expresar libremente sus conductas instintivas.” “La escuela es represión.” Es muy peligroso permitir total libertad de acción de nuestros hijos ya que todavía su cerebro no está plenamente maduro y actuarán según sus necesidades biológicas y no racionales. Los padres y la escuela tienen el objetivo de formar el carácter y en virtudes para dominar sus inclinaciones instintivas y esto los hará libres y no esclavos de sus deseos biológicos. Es inaceptable que tengamos una generación de chicos con más problemas emocionales y de salud mental por la negligencia, ignorancia o comodidad de los adultos. Nuestros chicos no tienen la culpa.
Familia 21
Sección vida
Periódico El Norte