Recientemente atendía a una mamá preocupada por la educación de su hijo, y me decía: “Mi hijo tiene 7 años y cuando tenía 3, me separé de su padre. Ahora ambos tenemos pareja y estamos felices. Hace unas semanas mi hijo tuvo una reacción desafiante y me pegó.
Lo corregí dejándolo sin su tableta por una semana. Su padre, mi exesposo, no estuvo de acuerdo con mi disciplina. Durante la semana está conmigo, pero el fin de semana y cierto tiempo de vacaciones está con él. Mi hijo me dice que soy una mala y en cambio su padre es el bueno. No le pone límites y lo deja hacer lo que quiera. Tiene problemas de obesidad, en la escuela no quiere hacer la tarea y no me obedece en casa. Me dice: ‘Mi papá me defiende y me dice que le diga a él todo lo que me haces para que te regañe’. ¿Qué puedo hacer?”
Nuestros niños y adolescentes viven día a día una guerra campal porque sus padres no están de acuerdo en la forma de educarlos y disciplinarlos, especialmente las familias separadas. Escucho constantemente comentarios entre los padres: “Estamos divorciados y compartimos a los niños. El problema es que no nos ponemos de acuerdo en la disciplina de nuestros hijos”. Es normal que uno de los padres sea más estricto y el otro más permisivo. Generalmente el padre que pasa más tiempo con el hijo y comparte rutinas como acostarse, desayunar, ir a la escuela, lavarse los dientes, etcétera, necesita implementar ciertas reglas para desarrollar hábitos en su vida. En cambio, el padre que solamente lo tiene el fin de semana o poco tiempo, se lo quiere ganar y le permite que haga cosas con las que el otro no estaría de acuerdo.
Los padres quieren lo mejor para sus hijos, pero es muy difícil decirles un “no”. Los papás deben de hablar y fijar normas claras y precisas para sus hijos, que sean implementadas por ambos padres. Los hijos son muy inteligentes y empiezan a comparar: “Tú eres el malo o mala, en cambio el otro es el bueno o buena”.
Algunos consejos para cuando los padres están en desacuerdo:
1. Buscar un equilibrio entre amor y disciplina en la educación de los hijos. La mejor forma de educar a los hijos es trabajar juntos y con un diálogo abierto sobre el mejor estilo parental para ellos.
2. Mostrar siempre respeto a su pareja, especialmente cuando los niños están presentes. El enojo y el rencor hacia la pareja es el peor ejemplo que podemos dar a nuestros hijos. Lo que más necesitan es el amor de su padre y madre, no hablemos mal de ellos, ya que ellos también se divorciarán y toda su vida vivirán un gran vacío de afecto, aceptación y acompañamiento.
3. Explicarles sus decisiones parentales. Los niños entienden, aunque no lo acepten a la primera, los estilos de disciplina que son aplicados hacia ellos: “Hijito, es hora de dormir porque es el sueño es importante para poder aprender mejor en la escuela”; o “no es bueno comer tantos dulces por tu salud”.
4. Ser consistentes. Los buenos hábitos, como hacer la tarea, ir a dormir, lavarse los dientes, decir “gracias”, etcétera, se desarrollan con constancia de ambos padres. Queremos hijos íntegros, ambos padres deben estar comprometidos.