Estamos a 10 días de celebrar el Día del Padre. Pero, ¿la paternidad trae consigo cambios físicos y emocionales como la mujer? Estudios recientes de la neurociencia dicen que sí. Tanto el hombre como la mujer sufren cambios físicos, neuronales y hormonales en su paternidad y maternidad. Un estudio realizado por Proceedings of the National Academy of Sciences en el año 2017 afirma que:
Los padres mostraron una gran activación emocional (amígdala) al cuidar a sus bebés, muy similar al cerebro de las mamás.
Así como en el embarazo, el nacimiento y en la lactancia las mamás sufren de cambios hormonales, los padres experimentan un incremento en las hormonas como la oxitocina, estrógeno y prolactina haciendo a los hombres más sensibles y empáticos con sus bebés.
La paternidad hace disminuir los niveles de testosterona haciéndolos menos agresivos y con mayor apego emocional a sus hijos. En otro estudio, publicado en octubre del 2010 por la revista Trends in Neurosciences, se señala que los niveles de oxitocina (hormona del apego afectivo) aumentan en los hombres a tener actividades lúdicas (juego) con sus hijos.
Además, se ha encontrado un aumento en la capacidad neuronal, particularmente en el hipocampo (función de la memoria) promoviendo el desarrollo de nuevas neuronas, al menos en los animales. Desarrolla mejor el olfato detectando olores no muy agradables como sus pequeños desechos. Se hacen más sensibles a la voz de sus hijos y logrando identificar diferentes llantos por hambre, sueño, frustración, enojo, cansancio, etc.
A través de muchos siglos de la humanidad se ha depositado toda la responsabilidad de la crianza a las madres. La neurociencia soporta con hechos biológicos la predisposición hormonal y neuronal de la madre con una mayor actividad. Sin embargo, existen elementos científicos sobre que el hombre también responde con cuidado y ternura a los niños. La cultura ha puesto un estigma en los roles familiares de la madre y del padre. El hombre es el proveedor y protector por su dominancia y fuerza, en cambio la mujer representa el hogar y la crianza de los hijos por su capacidad de procrear y predisposición emocional.
Sin embargo, los padres que se involucran en el cuidado de sus hijos muestran una gran activación de la amígdala muy similar a las madres. Al momento que el bebé sale a la luz, la biología del hombre cambia creando un nuevo perfil de padre sensible y amoroso al disminuir sus niveles de testosterona. Baja su carga hormonal masculina relacionada a la impulsividad y decisiones peligrosas debido a sus nuevas responsabilidades de padre. Comprendo que estos cambios biológicos no determinan la conducta del hombre a ser un padre más afectivo, pero sí hay una disposición natural a ser mejor. Cada uno de nosotros tomamos la decisión de serlo o no. Así como todavía hay padres con actitudes reacias en su función de paternidad, observo cada vez más hombres involucrados más activamente en la crianza de sus hijos: los arrullan, juegan con ellos, se involucran en sus actividades deportivas y escolares y participan en sus cuidados e higiene. Definitivamente ser padre es uno de los periodos de mayor plenitud que no hay que dejar escapar. A todos los padres, muchas felicidades y los invito a vivir esta etapa esplendor.