El próximo año publicaré el libro titulado Ser infelices para ser realmente felices y cuya premisa parte de la frase: «Las personas más felices no son las que más poseen, sino las que menos necesitan».
Para necesitar menos debemos sufrir pequeñas carencias, vivir fracasos y enfrentar frustraciones. En otras palabras, para ser felices necesitamos experimentar cierta infelicidad al no satisfacer todos nuestros caprichos y deseos.
La clave es el ayuno de dopamina, neurotransmisor que juega un papel en el control de nuestras respuestas emocionales y nos motiva para adquirir algún privilegio y realizar alguna actividad para sentirnos satisfecho.
El psicólogo y profesor de la Universidad de California Cameron Sepah encontró que cualquier sobreestimulación podría hacernos menos sensibles a la dopamina. En otras palabras, el exceso en exposición de dopamina hacen menos sensibles nuestras neuronas a la recompensa y placer, ocasionando que cada vez necesitemos más estimulación para lograr el mismo nivel de satisfacción y aumentando el riesgo de adquirir una adicción.
El ayuno de dopamina es esencialmente una técnica basada en la evidencia que consiste en tomarse un tiempo alejado del objeto que produce placer como nuestros celulares, redes sociales, videojuegos, alcohol, nicotina o pornografía. Todo el mundo sabe que el abuso de drogas o sustancias es lo más común y peligroso, pero las «adicciones conductuales» no son valoradas o tomadas en cuenta por los papás.
¿Cuántos de nuestros hijos no están enredados en adicciones? Muchos. Hace meses en una clase una de mis alumnas levantó la mano y comentó que era adicta al TikTok. Al preguntarle cuántas horas diarias estaba expuesta a esta aplicación, su respuesta me impactó: «ocho horas diarias».
Le recomendé tener ayuno de TikTok y reducir paulatinamente el tiempo en la aplicación y focalizarse en actividades como la lectura o el ejercicio físico para ir restaurando su cerebro. La mayoría de mis alumnos admite que el uso de celular y redes sociales ocupa la mayor parte de su día, pero expresan falta de voluntad y carácter para evitarlo.
Los trabajadores de Silicon Valley, considerada la meca de la tecnología a nivel mundial, están trabajando para manejar el caos y adicción a través de este ayuno. Es importante permitir que nuestro cerebro se recupere y se restaure de cualquier sobreestimulación. Muchas veces no somos capaces de percibirnos con comportamientos compulsivos que están afectando nuestro estado de ánimo.
En mi experiencia he observado un gran cambio en comportamientos tóxicos de gran cantidad de adolescentes y jóvenes cuando realizan estos ayunos de dopamina.
Ayudemos a nuestros hijos: aleja el estímulo (como tu teléfono) o dificulta el acceso; realiza una actividad alternativa, como el deporte, y utiliza aplicaciones para bloquear sitios web o redes sociales que provocan adicción.
Con estas estrategias podemos ayudar a nuestros hijos a recuperar más 13 horas de su tiempo y reducir síntomas depresivos en un 17 por ciento, lo que les permite participar en comportamientos más saludables.