¿Qué ve mi hijo?

¿Cuál es una de nuestras mayores preocupaciones en la crianza de nuestros hijos? Muy probablemente es qué está viendo por internet.

Tal vez cuando éramos jóvenes y hacíamos una pregunta inoportuna sobre algún tema de adultos, nuestros padres contestaron: «Espera hasta que seas más adulto y luego hablaremos de ello». Esos días ya no existen. Ahora los jóvenes tienen acceso inmediato 24/7 a internet para satisfacer su curiosidad.

A veces los padres deciden limitar esta exposición mediante el monitoreo o la restricción de la actividad de internet de los niños y adolescentes, deshabilitando o prohibiendo el uso de dispositivos o de sitios. Pueden hacer esto para proteger a su hija o hijo de lo que consideran exposición a la violencia, odio, sexo, uso de drogas o a cualquier otra cosa.

El internet es un desafío constante para la supervisión parental tradicional que no podemos evitar. ¿Cuál es la edad promedio que los hijos tienen cuando los papás les dan celular ? En Estados Unidos el promedio es de 10 años 3 meses. Los niños muy pronto tienen acceso abierto a toda la información y, aunque los padres pongan restricciones, es muy difícil controlarlo.

¿Qué podemos hacer los padres? En primer lugar, aceptar la realidad de la disponibilidad inmediata de información. Podemos dialogar con nuestros hijos diciendo: «Aunque es muy tentador creer las historias y seguir consejos que encuentras en internet, es mejor evaluarlos primero. ¿Por qué alguien querría publicar esta información? ¿Qué se me pide creer? ¿Qué respuesta se quiere de mí y por qué?».

Si descubre que su adolescente está viendo algo que desaprueba, como la pornografía, dé un paso atrás primero para evaluar su respuesta emocional. Si nos sentimos defraudados, furiosos, disgustados o sorprendidos, recuerde esta simple regla: calmarnos antes de reaccionar y hablar. Hay que tomar un tiempo, ir a un lugar tranquilo, respirar, hablar con un amigo y recordar que nuestro hijo es bueno, solamente tomó una mala decisión. Si deja que su ira o malestar explote puede restar valor a esta oportunidad de educar: si expresa que su hijo lo defraudó, entonces, en lugar de averiguar lo que su hijo experimentó o aprendió, los cerrará.

Los niños y adolescentes necesitan que un adulto les ayude a evaluar su experiencia en internet. Considere la exposición a la pornografía, que es cada vez más común desde los 8 y 9 años. Cuando surge esta experiencia es una gran oportunidad para el diálogo, no para el castigo. Evitemos sermones o juicios sobre el mal uso de la tecnología, demos diferentes perspectivas de las consecuencias de esta exposición con fundamentos teóricos para que puedan tomar buenas decisiones.

Puedo decirle que la curiosidad sexual es normal, pero la pornografía es una distorsión de la vida real. Retrata el sexo por placer, no por cercanía emocional, y hace que cualquier tipo de tratamiento sexual parezca aceptable. Puede hacer que el sexo sin protección parezca correcto. Puede hacer que las relaciones humanas parezcan que sólo se centran en el sexo y retratar la actividad dañina como consensual.

El internet, la realidad virtual, las redes sociales y los juegos en línea han provocado una explosión evolutiva de creatividad, y los jóvenes entusiastas y educados a menudo están a la vanguardia. Una buena estrategia es tratar al adolescente como instructor: «Sabes más sobre esto que yo. ¿Puedes enseñarme lo que no entiendo?». Convertirse en un maestro de padres ignorantes puede ser una función de aumento de la estima para un adolescente y mantenernos adecuadamente informados.

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