¿Graduados para la nueva normalidad?

En las próximas semanas estaremos celebrando la graduación de nuestros hijos, especialmente de universidad. Y mi pregunta: ¿Estarán listos para el futuro y la nueva normalidad? La pandemia nos ha hecho cambiar todos nuestros estilos y hábitos en la sociedad, economía, trabajo, escuela, familia y a nosotros mismos. Los trabajos y escuelas han dado un giro de 180 grados y convirtiendo nuestros hogares en los nuevos centros productivos y de aprendizaje. Las interacciones sociales se han convertido en relaciones a distancia con nuestros compañeros y amigos y mucho más cercana entre padres e hijos. 

Nuestros graduados siempre han aprendido a enfrentar nuevos retos los nuevos retos de globalización y competitividad con estrategias profesionales, pero ante esta pandemia se enfrentarán a un mundo que todavía no existe y acompañado con dos emociones que impedirán tomar buenas decisiones y con pérdida de esperanza: Miedo e incertidumbre. Muchas personas están sufriendo de estrés y ansiedad por la pérdida de trabajo o salario, aumento de carga laboral o trabajo en casa y conflictos familiares en el aislamiento. Por el otro lado, niños y niñas han estado más de dos meses encerrados sin salir al aire libre ocasionando soledad, impulsividad, apatía y carencia de un sentido por qué y para qué vivir. Muchas personas presentaban algún problema de salud mental antes de la pandemia, y ahora les ha afectado de manera más intensa que a los demás. El confinamiento acentúa más los problemas psicológicos como el estrés, depresión, agresividad y pensamientos suicidas. ¿Nuestros graduados están preparados para la vida o solamente para el trabajo?

¿Están listos para servir, empatizar, pensar, mostrar responsabilidad, buscar justicia, elegir bien las metas, persistir sin importar las dificultades, inhibir todas las conductas destructivas y especialmente, capacidad para adaptarse a los cambios? Debemos prepararlos, pero no para nuestro futuro, sino para el de ellos. Si deseamos tener una generación de graduandos flexibles y capaces de adecuar sus potencialidades a los nuevos retos, entonces debemos crear ambientes (escuela y familia) con desafíos y adversidades. El filósofo español José Antonio Marina afirma lo siguiente: “Una sociedad o grupos de personas para poder sobrevivir, necesitan aprender a la misma velocidad que cambia el entorno.” Quizás la habilidad más importante que todo graduado debe poseer es la capacidad de adaptación. En otras palabras, toda persona debe tener la habilidad de aprender, dejar de aprender y reaprender con rapidez para poder responder a los nuevos desafíos. En inglés se define como “learnalibity” como la cualidad que tiene toda persona para dominar y aprender algo nuevo y difícil. Las futuras empresas no basarán la contratación en las capacidades profesionales del empleado sino su habilidad para aprender bien y rápido. Según la revista Forbes en el año 2015 anunció que el 65% de los niños que inician escuela hoy pronostican que sus trabajos todavía no existen. Preparemos a nuestros hijos a la “nueva normalidad” con tolerancia a las frustraciones, persistencia sin importar las dificultades, capacidad de retrasar las recompensas, cumplir con sus responsabilidades sin depender de su motivación o estado emocional, elegir bien las metas hacia un sentido de vida significativo y capacidad de adaptase a los cambios del entorno con aprendizajes rápidos y efectivos.

 

Familia21

Sección Vida

Periódico El Norte

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