Consejos en época digital

Jonathan Haidt, psicólogo social estadounidense y experto en salud mental de niños, acaba de publicar el libro Anxious Generation (Generación ansiosa) en que advierte sobre el estado emocional de nuestros hijos en esta era de la tecnología.

El libro ofrece cuatro consejos controversiales para los padres para disminuir los riesgos emocionales y cognitivos del uso excesivo del celular entre los hijos:

1. No celular antes de preparatoria. Los padres deben retrasar el uso de teléfonos inteligentes hasta los 16 años aproximadamente o entregarles un celular con limitaciones en sus aplicaciones e internet hasta los 14 años. Entre los padres de familia hoy existe una gran contradicción. Por una parte, sobreprotegen a sus hijos del mundo real, pero los abandonan en el uso del internet, particularmente en la adolescencia, que están más vulnerables.

2. No redes sociales antes de los 16 años. La adolescencia es el periodo más vulnerable del desarrollo de su cerebro ante la presión social de pertenecer y buscar la aprobación entre amigos y compañeros. La mayoría, especialmente las niñas, enfrentan una gran presión al compararse con «influencers», ídolos, cantantes, amigos y hasta compañeros de su escuela, ocasionando problemas emocionales como la depresión. Haidt afirma que el cambio de la infancia «basada en el juego libre e independiente» a la «basada en el celular» está enfermando y deprimiendo a nuestros hijos.

3. Hagamos las escuelas libres de celular. En todas las escuelas, desde el nivel de educación básica hasta media superior, deben normalizar el guardar los celulares, relojes inteligentes y todo aparato que puedan enviar o recibir textos o tener comunicación de internet durante el día escolar. Esto facilitará una mayor atención y retención en sus clases y evitará que en los descansos se encuentren conectados a sus dispositivos evitando la convivencia y el juego con sus compañeros.

4. Más tiempo de juego libre e independencia en sus descansos. Se recomienda que haya más tiempo de recreo para que desarrollen sus habilidades sociales con sus compañeros y disminuyan el riesgo de ansiedad o falta de control de impulsos para lograr una mejor autorregulación.

Entiendo que estos consejos son muy difíciles de implementar. Nadie quiere ser excluido o que sus hijos queden en desventaja cuando los demás tienen acceso ilimitado y, los suyos, no. Sin embargo, los datos son muy alarmantes sobre el aumento de problemas emocionales entre nuestros niños y adolescentes. Debemos hacer un alto y elegir el mejor camino para ellos.

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