“Maestro, estoy muy cansado.” “Es demasiado trabajo que nos están pidiendo y no me alcanza el tiempo.” “Prefiero tener clases porque no hay tanta tarea.” “Me estoy volviendo loca en mi casa, necesito salir.” “Todo el día estoy sentado en la computadora para hacer los proyectos de mi preparatoria.” Estos son algunos de los mensajes que he recibido en esta semana de mis alumnos. En mis clases sincrónicas (clases en el mismo espacio virtual y al mismo tiempo) los veo dormidos, cansados, estresados y fastidiados del nuevo estilo de vida en aislamiento que hemos tenido en los últimos días. Nuestros alumnos, especialmente de preparatoria y profesional, están experimentando una mayor carga académica y no es con mala intensión. Nuestros hijos necesitan tener momentos de aprendizaje y realizar tareas que garanticen su dominio en forma significativa y permanente. Lo que lo hacían en forma presencial asistiendo a clases para adquirir el conocimiento y la habilidad, ahora necesitan organizar su espacio y tiempo en forma independiente y responsable para hacerlo. ¿Están listos para hacer eso? Creo que no. Los papás nos hemos encargado de tenerles siempre en forma organizada y resuelta su vida. ¿Qué hemos hecho cuando nuestro hijo nos decía mamá estoy aburrido? Le dábamos nuestro celular para solucionar su aburrimiento. ¿Qué hacíamos para que nuestro hijo estuviera ocupado por las tardes? Le hacíamos su agenda con clases de fútbol, baile, tae kwon do, declamación, fútbol americano, etc. Les organizábamos toda su vida. Y ahora que necesitamos que nuestros chicos sean independientes y organicen sus obligaciones los vemos angustiados que no saben qué hacer con su tiempo sin estructura. Se levantan a la hora que despiertan, se acuestan hasta ver el último capítulo de la serie de televisión, están en pijama todo el día, comen y cenan en su recámara porque tienen que hacer tarea y reducen su vida activa a 5 ó 6 horas al día.
Los procesos del cerebro como atención, motivación, percepción, comprensión, memoria, solución de problemas, manejo del aburrimiento, control de impulsos, inicio de la tarea, persistencia a pesar de la dificultad y trabajo duro requieren de un gran esfuerzo y energía cerebral. Sus vidas necesitan orden para hacer frente a estas grandes demandas fisiológicas: Dormir alrededor de ocho horas diarias, tener desayunos saludables, realizar actividades domésticas y de ejercicio físico, tener eventos familiares diarios como comer y cenar en familia, horario estructurado para despertar y dormir durante la semana, rutinas como bañarse y vestirse y no en pijama todo el día porque esto predispone a quedarse en cama más tiempo, supervisar su trabajo académico y que no estén más de dos
horas diarias en redes sociales, series de televisión o videojuegos. Nuestros hijos son muy inteligentes y nos dirán que están haciendo tarea por eso están conectados. Hay que pedirles que nos digan que aprendieron en los últimos 30 minutos o 1 hora de trabajo. Esto no significa que necesitamos espiarlos, pero necesitamos crearles conciencia de la importante de una buena organización del tiempo para ayudarles a ser independientes y responsables.
Familia21
Sección Vida
Periódico El Norte