¿Quién debe enseñar?

La semana pasada conocí a una familia que me sorprendió muy positivamente. Tienen 2 niños (varones de 10 y 12 años) y sumamente atentos y corteses. Pueden sobrevivir a un viaje en carro de 6 horas sin aparatos electrónicos. El mayor prepara el desayuno (huevos y tocino) los fines de semana. Les pedí cuál era el secreto y me comentaron: “La familia es más que estar presentes. Cenamos juntos, pero nuestros hijos ayudan a prepararla,acomodar los platos y cubiertos, platicamos del día, ayudan a levantar la mesa y lavar los platos. Al terminar de cenar nos vamos a la sala a jugar un juego de mesa o a platicar.” Si los padres no enseñamos las habilidades básicas de la vida, ¿quién lo hará? Pero muchas familias no son así. ¿Cuántos hijos se la pasan enchufados a su celular o tableta o viendo caricaturas en YouTube mientras desayunan? La semana pasada visitamos a una familia y estaba su hijo de 3 años recargado en el sofá de la sala viendo caricaturas en su tableta. Saludamos y la mamá del chico le dijo que nos saludara. Pero estaba tan absorto en la tecnología que ni su cabeza levantó. Y su mamá lo dejó sin molestarlo. ¿Por qué muchos papás tienen el objetivo de hacer la vida fácil a sus hijos? Cuando son bebés, anticipamos sus necesidades para evitar que lloren. Pero la mayoría de las veces aquí no se detienen y continúan solucionándoles todos sus problemas y evitan que sufran pequeñas carencias o fracasos. Claro que es más fácil recoger su ropa sucia o juguetes. Es más fácil ver Netflix durante la cena que hablar con el adolescente y menos que nos ayuden a preparar la ensalada.

¿Estamos preparando a nuestros hijos a enfrentar adversidades y solucionar sus problemas en forma efectiva? Hace dos semanas ocurrió el día más negro de nuestros hijos. Fortnite (videojuego) cerró su aplicación y más de 5 millones de usuarios no pudieron jugarlo. Apareció en la pantalla un hoyo negro y muchos de ellos se quedaron varias horas contemplándolo porque esperaban algo nuevo. Pero no sucedió. Muchos niños reaccionaron negativamente ante esta carencia: “Mi hijo de 10 años arrojó su tableta por la ventana ante la frustración.” “Mi hijo de 8 años se la pasó llorando por más de 3 horas y no quiso cenar.” “Mi hijo de 11 años arrojó su celular contra la pared y lo rompió.” Necesitamos desarrollar en nuestros hijos el autocontrol y la autorregulación y evitar que sus impulsos exploten sin ningún tipo de filtro. Hay reglas básicas en familia que deben aprender como ciertas palabras de cortesía como “por favor o gracias” o cuando llegan visitas a casa dejar el celular y levantarse a saludar y ofrecerles agua o no solamente comer en familia sino ayudar a su preparación y lavar los platos. Ser padres no es tarea fácil y no permitamos hacer fácil la vida de nuestros hijos. Hay que formarlos emocionalmente saludables y con carácter para que enfrenten las dificultades con éxito.

 

Familia21​​​
Sección Vida ​​

Periódico El Norte

1 comentario

  1. Mar Sigüenzaoctubre 27, 2019

    Gracias por sus enseñanzas!
    Cómo siempre su fiel seguidora en el camino de aprendizaje para educar mejor a mi hijo.

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