Esta semana platicando con mis alumnos universitarios me percaté de algo nuevo que nunca lo había observado. Varias alumnas me comentaron los siguiente: «Maestro, ahora no puedo estar viendo una serie de televisión sin estar revisando mi celular.» «Maestro, es cierto. No puedo ver una película en casa o en el cine sin que esté constantemente entrando a mis redes sociales».
La mayoría de mis alumnos inmediatamente se engancharon y dijeron que a ellos también les pasa. Y les pregunté: «¿No importa lo interesante, divertido o motivante que sea el programa o película? ¿Necesitan estar conectados con sus celulares o tabletas?». Y su respuesta fue: «No importa. Necesitamos estar conectados».
Hace algunos años empezó a existir la preocupación porque nuestros hijos estaban en «multitareas» o multitasking. Se ha vuelto «normal» que niños y adolescentes realicen sus tareas escolares consultando su tecnología. Así, mientras leen o resuelven un problema de matemáticas, revisan y entran a videojuegos, YouTube, Instagram, TikTok, WhatsApp, Facebook, Twitter, series de televisión, conciertos o caricaturas.
Claro, hay consecuencias negativas ante estas distracciones, como aumento de tiempo en la tarea, incremento de errores y mayor agotamiento cognitivo y emocional por la actividad de «switcheo» (me desconecto y me conecto, vuelvo a desconectarme y conectarme, etc.) constante del cerebro.
La razón que los chicos argumentan es que encuentran más interesantes y motivantes las redes sociales y videojuegos que el aprendizaje y la realización de las tareas. Sin embargo, este mal hábito de no poder realizar y concentrarse en una tarea (monotarea) se está transfiriendo a otras situaciones de la vida: ya no importa si la actividad sea o no aburrida, el cerebro se está habituando a vivir en la dispersión sin importar qué estamos haciendo: comiendo con la familia, viendo una película entretenida, platicando con los amigos o mi pareja, o manejando un automóvil. Nos enfrentamos a una nueva generación de niños, adolescentes y jóvenes: «los divagados».
¿Qué significa divagar? Proviene de la palabra latina «divagari» que significa «vaga por todos lados». El prefijo «di» significa «divergencia múltiple». El verbo «vagari» es sinónimo de «vagar». En otras palabras, cuando una persona divaga, significa que no tiene un rumbo determinado, una meta clara y realiza una gran cantidad de actividades simultáneas sin un propósito. También se puede relacionar la palabra «vagar» con no tener un lugar para llegar, por lo que está deambulando.
Si no ponemos atención a nuestros hijos, su vida será un divagar y nunca llegarán a lograr algo concreto y significativo. Si nuestros hijos continúan con su hábito del multitasking porque no les interesa la tarea, el cerebro se adaptará y aprenderá que la focalización y atención son habilidades no necesarias para sobrevivir en el siglo 21.
Acostumbremos a niños y adolescentes al «monotasking» (una tarea a la vez) eliminando el uso de celulares o tabletas mientras realizan alguna actividad o tarea diaria. Regla importante: no celular al cenar, hacer tarea escolar, ver en familia un programa de televisión, platicar con amigos, practicar algún deporte o viajar en el automóvil.
Debemos habituar a los hijos a centrar su atención y esfuerzo en una sola tarea para evitar que divaguen por la vida haciendo cientos de cosas intrascendente y pierdan su propósito de vida.